La Alpujarra de Almería ofrece una aventura a través de los sentidos. Es un lugar que muestra un gran encanto para los visitantes.

Una escapada en la que se puede disfrutar de los mejores paisajes, de su más deliciosa gastronomía y de la hospitalidad de sus habitantes.

Compuesta por más de una veintena municipios la Alpujarra de Almería, esta bañada por el río Andarax.

Un territorio marcado por una naturaleza imponente y la cultura rural tradicional, perfecto para un plan donde aunar paisajes y de costumbres milenarias.

La Alpujarra de Almería cuenta con un gran patrimonio cultural por el que perderse y descubrir lugares únicos. Dan la bienvenida a la zona unas fortificaciones y castillos que datan de la época islámica. Se diferencian las arquitecturas nazaríes.

Las torres usadas como vigías para controlar los municipios se siguen manteniendo en los casos urbanos de la actualidad.

Durante el recorrido por los pueblos de la alpujarra se pueden observar edificios agroprecuarios debido a la gran importancia de la agricultura en la configuración paisajísticas.

Los edificios industriales están vinculados a la actividad minera con un conjunto de instalaciones dedicadas a ello.

Las típicas viviendas presentan una arquitectura peculiar. Arquetípicas chimeneas y azoteas de launas, se encuentran presentes. Todo un emblema que hace diferenciarse como patrimonio cultural de Andalucía.

Un patrimonio que cuenta con gran prestigio es aquel que gira en torno a las actividades, los bailes, los cantes y las músicas tradicionales que tiene lugar y que son una marca de identidad. Se conservan los villancicos mozárabes, romances, cantares de ánimas.

Sorpréndete degustando unos deliciosos platos típicamente alpujarreños. Una gastronomía en la que sobresale el plato alpujarreño. Compuesto principalmente por patatas, cebolla, pimientos verdes, huevo y embutidos de la zona.

Un visitante de esta zona no puede marcharse sin probar este plato que en cada uno de los pueblos le dan un toque diferente.

Además de ese plato alpujarreño, destacan los pucheros, las migas y los guisos.

Los embutidos de gran calidad y el jamón de Trevélez se elaboran en esta comarca. Se puede encontrar el lomo de orza con un intenso y delicioso sabor adobado con diferentes especias.

Para los más golosos se pueden saborear unos soplillos, de influencia morisca. Es una mezcla de claras de huevos, azúcar, almendras, limón y frutos secos tostados formando un merengue. Un postre crujiente por fuera y cremoso por dentro.

La Alpujarra de Almería tiene un envidiable entorno que invita a conectar con la naturaleza en estado puro. Un clima y una vegetación que favorece la práctica de actividades al aire libre mientras se disfruta de una jornada en familia.

La singular orografía de la Alpujarra almeriense está compuesta por la Sierra de Gádor, la Sierra de Lujar y la Sierra de la Contraviesa. Majestuosas montañas, barrancos, ramblas y tajos se encuentran en esta zona.

Sus zonas frondosas y sus pintorescos rincones, así como la rica flora que se encuentra en el territorio ofrecen un increíble clima.

Si buscas una escapada diferente y para disfrutar en buena compañía de amigos o familia, podrás descubrir y enamorarte de los rinconcitos que se esconden entre los pueblos de la Alpujarra de Almería.

Para conocer las costumbres y a los habitantes de una determinada zona, no hay nada mejor que conocer sus festividades. La zona de la Alpujarra de Almería ofrece multitud de esas festividades que son celebradas en las distintas localidades que conforman esta zona. Cuentan con una gran tradición y riqueza.

Los “mayordomos” son los elegidos y encargados cada año de la organización de las fiestas, mejorando siempre a las del año anterior.

Entre las fiestas que cuentan mayor prestigio y reconocimiento se encontrarían diferentes opciones.

En el mes de enero tiene lugar la fiesta en honor al patrón de fondón, San Sebastián. Se realiza el chisco más grande de toda la Alpujarra. Los visitantes pueden disfrutar de sus productos cárnicos típicos de la zona. Así como degustar su vino.

Otra festividad que se desarrolla durante el mes de enero es la de San Antón. Se celebra en el pueblo con mayor cultura y prestigio vinícola, Padules.

Durante la noche realizan una hoguera para ahuyentar a los malos espíritus y empezar el año con buen pie.

En los meses de octubre y noviembre y coincidiendo con la celebración de Todos los Santos, se celebra la popular Fiesta de la Castaña en Paterna del Río.