En el Neolítico encontramos restos de la población, donde destacaban como hábitos poblacionales la recolección de miel, el cultivo de huertos y el trabajo del esparto.

Los íberos y Tartesos se desarrollaron en el Bajo Guadalquivir, extendiendo su poder hasta las zonas mineras de Linares y Alpujarra.

El origen como localidad puede ubicarse en este momento pues en las minas de La Gaviarra se han encontrado restos de espadas íberas, aunque el origen del nombre del pueblo sea latino, Paterno.

El pasado musulmán realmente fue el que marcó la personalidad de Paterna del Río: un hábitat de altura protegido por un pequeño castillo.
El lugar se organizó en cuatro grandes barrios (Alcudia, Haratalguazil, Haratabenmuza y Haratalbolot) y, aunque independientes, tenían en común su organización.

Contaba el lugar con una mezquita mayor y dos menores, además de la existente en la alquería de Guarros, la Huerros musulmana, población agregada al término en el siglo XVI. De esta dominación árabe en Paterna del Río quedan recuerdos de sus dos mezquitas menores y del castillo.

Durante la rebelión de las Alpujarras, en febrero de 1569, tuvo lugar en Guarros la victoria del marqués de Mondéjar sobre 4.000 moriscos sublevados.
Estas batallas tendrán fin en 1570, año en que Felipe II decretó la expulsión de los moriscos provocando entonces una despoblación casi total de esta comarca.

Se buscó entonces la repoblación de la localidad con gente del norte, los cuales propiciaron la construcción de un castillo y las reformas de una pequeña iglesia.

A principios del siglo XX se produce de nuevo una fiebre de los metales, volviendo a poblar las minas de la comarca.

Además, se empezaron a aprovechar de mejor manera los recursos que ofrecía Sierra Nevada a la población, causando posteriormente un destrozo ecológico que afectó al cultivo del parral.

Dentro de la gastronomía típica de la población encontramos platos como la sobreasa de collejas, el potaje de hinojos o tortillas de collejas.

Otra preparación característica alpujarreña son las migas. Estas migas alpujarreñas son acompañadas de engañifa al igual que las gachas y las tarvinas. También destacan los embutidos en platos como la asadura de matanza o las tajás de orza.

En repostería destacan el pan de higo, los cohetes de frutos secos, la meloja, la torta de chicharrones, el jallullo y las rosetas de 4 tazas.

Uno de los encantos de este pueblo lo compone el entorno en el que se ubica. El valle en el que descansa ofrece un espacio para disfrutar de senderos y caminos para disfrutar de su variada vegetación, compuesta por álamos, pinos y castaños.

La vegetación se debe al agua procedente del maravilloso río que se encuentra en Paterna.

Forma un paisaje que consta de numerosos barrancos y abundantes fuentes y arroyos procedentes de los deshielos de Sierra Nevada.

Asimismo, la ruta del castañar de Paterna, posiblemente el mejor castañar de la provincia de Almería, discurre por una acequia tradicional de origen árabe.

Otra ruta ineludible es el Camino Real de la Sierra, que unía esta localidad de la Alpujarra con Huéneja, en el Zenete.

El mes de mayo nos trae sus Fiestas Patronales en honor a la Virgen de los remedios correspondientes al segundo domingo de mayo.

El primer domingo de junio tiene lugar la Romería de los remedios, donde se lleva a la Virgen desde el pueblo hasta la Ermita disfrutando de un día de convivencia.

En agosto tiene lugar el Santo Cristo de las Penas, coincidiendo con el penúltimo fin de semana de Agosto.

El 1 de noviembre se celebra su popular Fiesta de la Castaña, catalogada como una de las “8 fiestas típicas en Almería a las que deberías ir una vez en la vida”.

BARES PATERNA DEL RÍO


  • Bar Miguel
  • Bar Antonio
  • Restaurante Nuño

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ESTABLECIMIENTOS


  • Bodega Viña Aranda
  • Bodega Cortijo La Vieja