Soportújar nace de una alquería inicial hacia 1.200, llamada entonces Xabotaya, a un lugar de la morisca tahá de Órgiva, rebosante de cientos y cientos de morales esparcidos por sus trances de la vega. Luego, a partir de 1574, pueblo campesino de castellanos y andaluces, que se afanaron en labrar hasta el último palmo de tierra de esta montaña generosa.

Por último, el éxodo hacia Cataluña o al extranjero, lo convirtió en un pueblo semianciano, que hoy tiene su ilusión puesta en que los visite la gente que lea esto y, se venga a vivir a Soportújar, aunque sea una temporada. La etimología de este municipio nos indica un poblamiento antiguo, ya que el termino, Soport = soportales, es un vocablo latino, por lo que podemos pensar que el municipio ya estaba poblado en tiempos de los romanos o de los mozárabes. No obstante, aparece por primera vez escrito su nombre hacia el siglo XIII, vinculado al castillejo de Órgiva. Durante el periodo de poblamiento musulmán, hasta finales del S.XVI, Soportújar estuvo habitado por mudéjares hasta poco después de la conquista de Granada, entonces Soportújar se llamaba Xabotaya, por supuesto con el mismo significado de lugar de tinaos o soportales.

Poco después de la conquista de Granada, 1492, y por orden del cardenal Cisneros, su población mudéjar pasa a convertirse en moriscos -cristianos a la fuerza-, aunque ellos siguieron practicando el Islam y hablando en su lengua, la algarabía, hasta 1568, año del levantamiento de La Alpujarra contra las autoridades castellanas. El único cristiano que existía era un sacristán, encargado de vigilar la observancia de los moriscos con la religión cristiana. Un hecho fundamental en la historia del municipio fue la Guerra de las Alpujarras durante el reinado de Felipe II. Después de ser vencidos los moriscos, tuvieron que abandonar Soportújar, sustituyéndose por cristianos procedentes de tierras cristianizadas; para que se establecieran, Felipe II les otorgaba la titularidad pública de casi todo el término municipal. Algunos bienes aún quedan públicos y del común de los vecinos de aquel repartimento, como son El Robledal, El Pelao y la era del Concejo o de las Cruces.

La gastronomía es la típica alpujarreña, productos derivados de la matanza del cerdo y la repostería morisca.

De entre los primeros platos destacan el Puchero de Hinojos, la Cazuelilla Gitana, las Gachas coloradas, la sopas de ajo frito, el Potaje de Garbanzos en Semana Santa y las migas de harina o pan, con mucha engañifa.

  • El Robledal constituye una auténtica reliquia de la Era Cuaternaria. Entonces esta especie vegetal abundaba por todos estos territorios, pero con la llegada de temperaturas más elevadas estos robledales quedaron como un recuerdo de aquellas condiciones ecológicas. Se presenta este robledal como un estadio climax dentro de las formaciones vegetales. Hoy en día trancurre el sendero Sulayr por buena parte del mismo, siguiendo la Acequia de la Sierra de Soportújar o del Almiar. En la misma acequia encontramos una alberca de grandes dimensiones y con gran valor patrimonial con el nombre de Alberca del Almiar. Una casa forestal del Icona, uno metros más abajo, también tuvo cierto valor arquitectónico, en la finca de la Haza Llana. Más arriba, en el paraje conocido como el Cebollar se sitúa un refugio para montañeros, debajo del Pico de Alegas.
  • La Cuenca del Río Chico. Tanto Soportújar como Cáñar han estado muy vinculados con este Río que baja desde las cumbres de Sierra Nevada, situadas en estos lugares sobre los 3.000 metros de altitud. Durante siglos, la bravura de sus aguas, y la erosión que se produjo tanto por la elevada pendiente de sus términos, como por la roturación del bosque de encinas para meter las tierras en labor, conllevaron grandes corrimientos de tierras. Desde principios del siglo, se intentó corregir esta situación llevando a cabo una intensa repoblación forestal con diversas especies de pinos y grandes diques como el Dique 24, lugar de paso actualmente del sendero GR 7 y, por supuesto, de una gran belleza paisajística. Toda la cuenca del Río Chico pertenece hoy a Espacio Protegido de Sierra Nevada, y puede ser recorrida por las diversas pistas y senderos que la transitan, mostrando unos magníficos paisajes con un gran valor natural.
  • El vivero de Montechico: se encuentra en la margen izquierda del Río Chico, junto al Barranco del Cerezo, y no muy lejos de la Casa Forestal. Montechico, además de constituirse como un espacio geológico singular, con afloramiento de bloques colosales de mármol, también destaca por su vivero, antes destinado a especies coníferas para repoblaciones de iniciativa pública en la provincia de Granada. Tras unos años de abandono, recientemente se ha rehabilitado por la Consejería de Medio Ambiente como vivero con multitud de variedades de castaños de toda Andalucía.

FIESTAS SOPORTÚJAR

– Fiestas de San Antón: se celebran el fin de semana más cercano al 17 de enero. Destaca el viernes por la noche el Chisco de San Antón, consistente en una gran hoguera que arde durante unas horas, mientras los lugareños y visitantes degustan tapas típicas del pueblo. El domingo tiene lugar el “Paseo de la Zorra”, que consiste en una procesión que pasa por todas las calles del pueblo, llevando una escultura de papel con forma de zorra, a hombros, mientras “el cura” relata las culpas de la misma. Su culpabilidad reside en haberse comido las gallinas de todos y cada uno de los vecinos, en sentido figurado. Todas estas relaciones las dice “el cura” o maestro de ceremonias, con rimas en las que saca a relucir el mote del vecino, con la consiguiente respuesta del vecino, visiblemente medio ofendido medio en broma.

• Domingo de Resurrección: consiste hacer un muñeco o pelele de trapo que representa al apóstol Judas. Los mozos del pueblo lo hacen en la madrugada del sábado, apareciendo colgado en la plaza el domingo por la mañana. A la tarde se le solía arrastrar por la carretera y quemarlo.

– Noche de San Juan: el 24 de junio por la noche, los mozos del pueblo solían llevarle a las muchachas, por ellos pretendidas, flores -si las querían-, peras -si todavía debían esperar al noviazgo- o acacias -si se sentían agraviados por alguna de ellas-.

– Feria del Embrujo: a partir del año 2009 se va a celebrar la Feria del Embrujo en la semana anterior a las Fiestas de San Roque. En esta Feria se pretende revivir y celebrar numerosas actuaciones -Pasacalles, Disfraces, Queimadas, Teatro, etc,- relacionadas con el mundo de la Brujería, de modo lúdico y simpático. El motivo de esta Feria reside en el hecho de que a los soportujeros se les conoce en La Alpujarra como bruj@s. Esta festividad es única en Andalucía

– Fiestas en Honor de San Roque: se celebran el fin de semana más cercano al 16 de agosto. Constan estas fiestas de numerosos actos festivos, entre los que destacan las tradicionales Comedias protagonizadas por la Asociación de Mujeres de Soportújar.

BARES SOPORTÚJAR


  • Taberna Romero

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