La primera documentación encontrada que nos habla de Cádiar se remonta al siglo VIII.
También, al norte de la actual Narila, se encontraba sobre un peñón que domina el valle un antiguo poblado medieval del que nos ha quedado algunos restos de muros y de cerámica grisácea y poco pulida.
En 1572 se volverá a nombrar un “fuerte” en el “Libro de Apeo” en el barrio llamado “Tarahachoz”. Había una casa ya en estas fechas, por lo que ya estaría muy destruido. Se cree que el topónimo de Cádiar deriva del árabe “al-cadí” (juez) por haber sido en tiempos de Al-Ándalus residencia permanente del juez principal de La Alpujarra oriental de Granada.
También el término de Cádiar era conocido como “Albacete”, al igual que Órgiva, al estar asentado sobre un valle.
En la etapa califal del reinado de Abderraman III se estructura Al-Ándalus con un nuevo sistema administrativo alpujarreño, que distribuía el territorio en pequeños distritos que agrupaban alquerías.
La Alpujarra estaba dividida en 18 distritos, llamados tahas, reducidos a 13 en el siglo XV. Cádiar, Narila y Yátor pertenecieron a la taha de Jubiles.
Narila tenía mezquita mayor y las rábitas de Ademma, del Olia y Harad Hamdon. También tenía un molino llamado Zodoc.
En la alquería de Cádiar encontrábamos también mezquita mayor, junto a la que estaba el horno, y las rábitas de Cudia, de Çoc y de Harat Azamara.
Los barrios de Cádiar fueron el de Alguasyl, Harat Azamara, Harat Hamdon, la calle del Haquim y también destacó una fuente llamada Huentelgaleri.
Con la Toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492, La Alpujarra se convirtió en refugio de moriscos. Se inicia de nuevo la era cristiana en Granada. En 1500 todos los mudéjares debían de bautizarse por obligación, produciéndose la primera cristianización de los habitantes de La Alpujarra.
En 1501 el cardenal y arzobispo de Sevilla Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones (1444-1502) mandó instituir iglesias por toda La Alpujarra, incluida la de Cádiar. Se instituyó así la primera iglesia parroquial de Cádiar dedicada a Santa María sobre la antigua mezquita mayor con sus anejos Narila, El Portel y Albayar.
Se tiene mayores referencias históricas de la localidad durante el siglo XVI referente a la Rebelión de Las Alpujarras (1568-1571).
Aquí se inició la Rebelión de Las Alpujarras por moriscos en época de Felipe II al ser la patria de Aben Jaguar, tío de Aben Humeya y responsable directo de su elección para dirigir el levantamiento.
También se produjo el primer enfrentamiento con Aben Farrax (aspirante a la corona) y donde se produjeron los primeros enfrentamientos partidistas entre moriscos para derrotar a Aben Humeya.
Antes de la Rebelión de las Alpujarras encontrábamos en Cádiar dos iglesias, la nueva (construída entre 1562 y 1566) y la vieja. La iglesia nueva es la que actualmente conservamos y estaba dedicada durante los primeros siglos a la Encarnación. La iglesia vieja fue la que posiblemente se construyó en 1501 sobre la mezquita mayor en la actual Plaza España de Cádiar.
Tras la Rebelión de Las Alpujarras, el municipio fue repoblado durante el reinado de Felipe II con cristianos procedentes de Castilla, Portugal e Italia.
Se mantuvo la estructura urbana árabe, aunque se añadieron nuevos elementos con las nuevas necesidades de los cristianos.
Felipe II también concedió a Cádiar la distinción de villa a finales del siglo XVI.
Durante el siglo XVII el municipio sufrió una oleada de epidemias y hambrunas, disminuyendo la población como consecuencia.
Durante el siglo XVIII, Cádiar será una villa de realengo, la demografía crecerá y las antiguas alquerías moriscas quedarán despobladas. Para 1752 no quedará población morisca.
Durante el siglo XIX y XX, Pascual Madoz nos da datos relativos a Cádiar donde se nos dice que pertenecía al partido judicial de Albuñol, aunque tenía ayuntamiento propio.
Las calles de este siglo serán más ordenadas, empedradas y espaciosas. También se menciona que en el Barrio Bajo de Cádiar se localizaba la actual Ermita de San Blas y que Cádiar contaba con 4 fuentes de las cuales destacaba la del Calvario.
En Cádiar se encontraban tres molinos: en el Calvario, el molino de En medio y El Prado. En Narila otros tres: el molino de Piedra Loca, la Molineta y la Fabriquilla.
La población de Cádiar, Narila y Yátor se fue incrementando hasta 1950 cuando la demografía empezó a descender. Finalmente decir que en 1972 Narila y Yátor se unieron a Cádiar formando el actual municipio de Cádiar.
En cuanto a la gastronomía típica de Cádiar encontramos el ajo blanco, la sopa de almendras, el cocido, el potaje de cigüelos, las migas, la olla gitana, el puchero de coles, el arroz con conejo, las costillas con setas, la perdiz escabechada, el cochinillo al horno, el conejo con caracoles y el pollo con salsa de Pascua.
Respecto a los dulces, en Cádiar encontramos dulces típicos como las gachas de higos, las gachas de frambuesa, los tortos de higos secos, el empedrao, el flan de almendras y la leche frita.
Cádiar está bañado por el río Guadalfeo y el río Yátor. También encontramos los barrancos de Pedro Conde, del Lugar y Albayar.
Destaca también el sendero de gran recorrido GR-7, que une Grecia con la parte más occidental de Andalucía.
La mayor parte del terreno de Cádiar se compone de prados artificiales y terreno agrícola, destacando un gran número de matorrales y de encinas dentro de los mismos.
Podemos observar un gran número de bosques de encinas alrededor de la población.
Destacamos la presencia de un gran número de aves dentro de la población así como de mamíferos.
Fiestas de Cádiar
Fiestas en honor a San Blas patrón de Cádiar, que acontecen el primer sábado de febrero, el 25 de abril encontramos la fiesta de San Marcos y la tercera semana de agosto encontramos la semana cultural de Cádiar, donde se suceden festivales musicales, conciertos y exposiciones.
BARES CÁDIAR
- Restaurante Venta la Ramblilla
- Mesón Frasco Ramón
ALOJAMIENTOS
ESTABLECIMIENTOS
- Bodega Barranco Oscuro
- Bodega Morayma